Valiente, fuerte, musculoso y obediente, de temperamento vital y despierto, es apto para el trabajo y para la defensa, así como perro de guardia y compañía.
Clasificación de la F.C.I.: Grupo I-Sección I: Perros de pastor
País de origen: Alemania
Otros nombres: Deutsche Schäferhunde
Altura - macho: 60 a 65 cm
hembra: 55 a 60 cm
Peso - macho: 40 kg
hembra: 35 kg
Una de ellas fue el Pastor Alemán del Sur, conocido también como Alte Deutsche Schäferhunde. Era un perro de talla media, con características psíquicas y morfológicas similares al Bearded Collie, mientras que los colores recordaban al Gos d' Atura Català. Perro rústico, inteligente, dotado de gran resistencia, era el clásico perro pastor conductor de rebaños, que cuando empezó a tomar auge el nuevo Pastor Alemán inició un progresivo declive hasta su extinción.
El pastor lanoso de Hannover, conocido popularmente como Braunschweig, también extinguido, era un perro de talla media, de aspecto general parecido al actual Pastor de Picardía, especialmente su cabeza y su manto.
La aportación esencial de este perro a la nueva raza fue su extraordinaria cualidad para el trabajo.
Más antecesores: Asimismo, en la formación del pastor Alemán se contó con el Pastor de Baviera, el pastor de Hesse, el Pastor de Turingia y el Pastor de Wüttemberg. Resultaría difícil ofrecer una idea de todas ellas por carecer de los datos que podrían proporcionar una visión clara de aquellos perros.
Al crearse la raza del Pastor Alemán que actualmente se conoce, existieron también tipos de pastores alemanes que podríamos definir como "variedades intermedias"; es decir, sus características distaban tanto de la raza extinguida de la que provenían como de la que pasaban a formar.
Dentro de ese grupo se encuentra el Pastor Alemán de pelo duro, cuya morfología es bastante similar a la descrita en el estándar de la F.C.I. Sus características más sobresalientes eran el pelo, algo más tieso y áspero, tupido y bastante adherido a la piel, y la presencia de una pequeña barba.
El Pastor Alemán de pelo largo duro era una variedad muy similar del anterior, también extinguida. Se diferenciaba por su pelaje, que en éste era unos 5 o 6 cm más largo, lo que se evidenciaba sobre todo detra´s y dentro de las orejas, donde llegaba incluso a formar mechones. Otra característica que no puede omitirse era la de tener unos calzones en la parte posterior del muslo, muy largos y tupidos, así como una cola de abundante pelaje.
HISTORIA CINOLÓGICA: Desde un principio, la raza contó con el apoyo de un club que prácticamente se creó al mismo tiempo y que, con el transcurso de los años, ha sido el elemento imprescindible para que el Pastor Alemán se colocara con aire de privilegio en el primer lugar mundial de entre todas las razas caninas.
Dicho club tardó pocos años en formarse, y el 22 de abril de 1899 se fundó con el nombre de "Verein für Deutsche Schäferhunde e. V." (conocido como S.V.). Actualmente controla el desarrollo de la raza (tanto los cruces como las camadas) en todo el mundo.
Los inicios reales de la raza creada por Max von Stephanitz, más que de las citadas razas extinguidas, partieron de cruces existentes ya con anterioridad a sus estudios, en los que se tuvo especialmente en cuenta el carácter equilibrado de los sujetos. Se trataba de perros que en su mayoría desempeñaban trabajos como pastores; en definitiva se llevaba a cabo una meticulosa labor de selección funcional teniendo en cuenta ya desde un principio los resultados. La preselección de la raza estaba muy relacionada con la redacción del estándar, de modo que no se tuvo que perder tiempo con tanteos inútiles.
LOS PRIMEROS EJEMPLARES "TIPO": El club instituyó desde el momento de su fundación su propio libro de orígenes, el Schäferhunder de Zuchtbuch, que a nivel mundial se conoce con las iniciales S.Z., a las que se añade a continuación el número de inscripción del ejemplar. El primer inscrito fue Hecktor Linksrheim, un macho que años después cambió su nombre por el de Honrand von Grafraht, SZ nº 1.
Desde aquellos iniciios lejanos, la raza va desarrollándose en línea ascendente hasta llegar a los años setenta, momento en el que se definen unas líneas muy claras que van a servir como base para la continuidad y mejora del Pastor Alemán en el mundo. Estas líneas básicas son las siguientes.
- Marko von Cellerland
- Mutz von der Pelztierfarm
- Quanto von der Wienerau
- Canto von der Wienerau
CARACTERÍSTICAS DEL PASTOR ALEMÁN
Orejas: de tamaño mediano, anchas en la base y de insertación alta; terminadas en punta afilada. Deben mantenerse derechas y dirigidas hacia delante. En los cachorros de menos de seis meses pueden estar ligeramente caídas.
Cráneo: la línea frontal debe estar ligeramente abombada; ángulo cráneofacial o stop poco marcado y situado a la mitad de la cabeza.
Ojos: de tamaño mediano, forma de almendra y emplazados un poco oblicuamente; color lo más oscuro posible de acuerdo con el color del manto; mirada viva e inteligente, desafiante al encontrarse frente a un extraño.
Hocico: fuerte, inclinado y terminado en forma de cuña; labios muy tirantes y que cierren bien.
Dentadura: potente y completa (42 dientes, 20 en el maxilar superior y 22 en el inferior). Cierre en forma de tijera; maxilares perfectamente desarrollados.
Pecho: Profundo, pero no ancho. Línea inferior larga y marcada.
Miembros anteriores:
Brazos: articulados en ángulo recto respecto a la espalda.
HISTORIA CINOLÓGICA: Desde un principio, la raza contó con el apoyo de un club que prácticamente se creó al mismo tiempo y que, con el transcurso de los años, ha sido el elemento imprescindible para que el Pastor Alemán se colocara con aire de privilegio en el primer lugar mundial de entre todas las razas caninas.
Dicho club tardó pocos años en formarse, y el 22 de abril de 1899 se fundó con el nombre de "Verein für Deutsche Schäferhunde e. V." (conocido como S.V.). Actualmente controla el desarrollo de la raza (tanto los cruces como las camadas) en todo el mundo.
Los inicios reales de la raza creada por Max von Stephanitz, más que de las citadas razas extinguidas, partieron de cruces existentes ya con anterioridad a sus estudios, en los que se tuvo especialmente en cuenta el carácter equilibrado de los sujetos. Se trataba de perros que en su mayoría desempeñaban trabajos como pastores; en definitiva se llevaba a cabo una meticulosa labor de selección funcional teniendo en cuenta ya desde un principio los resultados. La preselección de la raza estaba muy relacionada con la redacción del estándar, de modo que no se tuvo que perder tiempo con tanteos inútiles.
LOS PRIMEROS EJEMPLARES "TIPO": El club instituyó desde el momento de su fundación su propio libro de orígenes, el Schäferhunder de Zuchtbuch, que a nivel mundial se conoce con las iniciales S.Z., a las que se añade a continuación el número de inscripción del ejemplar. El primer inscrito fue Hecktor Linksrheim, un macho que años después cambió su nombre por el de Honrand von Grafraht, SZ nº 1.
Desde aquellos iniciios lejanos, la raza va desarrollándose en línea ascendente hasta llegar a los años setenta, momento en el que se definen unas líneas muy claras que van a servir como base para la continuidad y mejora del Pastor Alemán en el mundo. Estas líneas básicas son las siguientes.
- Marko von Cellerland
- Mutz von der Pelztierfarm
- Quanto von der Wienerau
- Canto von der Wienerau
CARACTERÍSTICAS DEL PASTOR ALEMÁN
Orejas: de tamaño mediano, anchas en la base y de insertación alta; terminadas en punta afilada. Deben mantenerse derechas y dirigidas hacia delante. En los cachorros de menos de seis meses pueden estar ligeramente caídas.
Cráneo: la línea frontal debe estar ligeramente abombada; ángulo cráneofacial o stop poco marcado y situado a la mitad de la cabeza.
Ojos: de tamaño mediano, forma de almendra y emplazados un poco oblicuamente; color lo más oscuro posible de acuerdo con el color del manto; mirada viva e inteligente, desafiante al encontrarse frente a un extraño.
Hocico: fuerte, inclinado y terminado en forma de cuña; labios muy tirantes y que cierren bien.
Dentadura: potente y completa (42 dientes, 20 en el maxilar superior y 22 en el inferior). Cierre en forma de tijera; maxilares perfectamente desarrollados.
Pecho: Profundo, pero no ancho. Línea inferior larga y marcada.
Miembros anteriores:
Brazos: articulados en ángulo recto respecto a la espalda.
Antebrazos: muy derechosvistos de frente o de costado.
Metacarpos: firmes, ni muy derechos ni muy caídos, con una inclinación aproximadamente de 20º.
Patas: redondas, cortas, bien firmes y arqueadas.
Uñas: cortas, fuertes y de color oscuro.
Costillas: largas y bien conformadas. El tórax debe permitir el libre movimiento de los codos cuando el perro emprende el trote.
Vientre: moderadamente recogido
Grupo o anca: larga y ligeramente caída.
Miembros posteriores:
Muslos: anchos y muy musculosos. Vistos de costado, emplazados oblicuamente en un ángulo aproximado de 120º, para corresponder funcionalmente a la angulación de la pierna.
Cola: de pelo tupido y espeso, llega prácticamente hasta la mitad de los miembros posteriores. Forma una curva cuando el perro está tranquilo, y se endereza, sin superar la vertical, cuando el perro está excitado.
CARÁCTER: el concepto carácter en cinología, se puede definir como aquellas cualidades de conducta que se transmiten genéticamente, es decir, de generación en generación. Por extensión, ese concepto abarca también el término de inteligencia canina, por supuesto no comparable ni a la humana ni a la de ningún otro animal, ya que cada especie es inteligente según su aptitud, función o integración al medio que le rodea.
La inteligencia del Pastor Alemán se debe a una serie de estímulos que recibe a través de sus sentidos, principalmente de su oído y de su olfato. No sólo es capaz de reconocer a su dueño a muchos metros de distancia, sino que además, una vez junto a él, puede discernir olfativamente su estado de ánimo.
Para una buena proyección del carácter, el Pastor Alemán necesita de una estrecha relación con su amo o educador con el que conseguir un binomio perfecto. Eso demuestra su gran versatilidad ya que, a efectos prácticos, nos encontramos con perros que al lado de una persona anciana se mueven con sumo cuidado y que junto a niños son incansables compañeros de travesuras e incluso directores de su juego.
EQUILIBRIO PSICOFÍSICO: La principal cualidad del Pastor Alemán reside en el equillibrio, tanto en sus proporciones como en su comportamiento, siéndole inherente su estado de alerta para con su dueño.
Para conseguir su buen temple emocional no se debe titubear ante una riña, si ésta viene justificada por algún motivo que no le sea desconocido al perro. Para ello se suele usar una palabra que él identifique como desaprobación. De igual manera, cuando el perro responde bien a una orden dada por su amo o se comporta correctamente, se le debe dedicar una palabra, un gesto o una caricia que en este caso significarán para él una alabanza, y a su vez la mejor recompensa. Hay que tener muy en cuenta el tono de voz que se emplea para dirigirse al perro, pues es mas fácil que nos entienda por la entonación dedicada que por la palabra en sí.
El perro Pastor Alemán completa el desarrollo de su carácter entre los ocho y doce meses de edad, aproximadamente; es, pues, una raza de temprana maduración, aunque no es de extrañar que se vean algunos ejemplares con dos, tres o incluso cuatro años que continúan con sus tareas de aprendizaje.
El hecho de que conviva sin problemas con otros animales, no lo excluye de poder discernir lo que le pertenece y le conviene de lo que suele representar para él y los suyos una amenaza o un peligro determinados, como puede ser una serpiente o un intruso. Debido a su herencia genética, se ha servido del aprendizaje para poder tomar, ante situacionos para él nuevas, una determinación siempre positiva que demuestra su autonomía en caso de no hallarse cerca de su amo.
La fidelidad pos su dueño llevaría al Pastor Alemán a extremos inimaginables para cualquier ser humano; así se da el caso de algunos que han dado su vida por él. Su fidelidad se ve ampliada a todos los miembros de la familia con los que convive.
CONVIVENCIA EN FAMILIA: es innegable que nos encontramos ante una raza privilegiada, lugar que se ha ganado por sus propios méritos debido a su elevada compenetración con el hombre.
El día que se decida acoger a un cachorro de Pastor Alemán como nuevo miembro de la familia, éste elegirá a su amo y hará su elección basándose en el trato, en la compañía o bien en el afecto que reciba.
No se debe pasar por alto el elevado poder de adaptación con los niños, de los que será su principal compañero de juegos. Asimismo, las hembras suelen ser más tranquilas que los machos, rasgo que puede faciclitar su convivencia con los miembros de la famillia.
Desempeña a la perfección el papel de guardián, protector y defensor tanto de personas como de fincas. Será muy receloso con las visitas de extraños, pudiendo llegar a ser peligroso en el caso de no hallarse el amo.
CUIDADOS Y MATENIMIENTO
Baño y cepillado: El Pastor Alemán está cubierto por un pelo áspero, precisamente para que lo proteja de la humedad existente en las zonas donde trabaja. Pero lo que realmente lo proteje del frío es el fino subpelo que bajo ninguna condición debemos alterar sometiéndolo a reiterados baños y cepillados.
Un trato especial, aunque no debiera tenerlo, sufre el Pastor Alemán que convive todo el día dentro de la casa, con la familia. Ese perro, por el hecho de no estar al aire libre, desprende más olor, y por ello se verá expuesto a frecuentes baños. En esos casos lo mejor es bañarlo con un champú neutro y olvidarse de los detergentes y de los suavizantes, puesto que estropearíamos sus glándulas sebáceas que hidratan y lubrifican el pelo y la aspereza que le es propia. La frecuencia de los baños aconsejada en estos casos es de una vez cada tres o cuatro meses.
Una solución para que el perro no permanezca húmedo después del baño y pueda resfriarse, es el lavado en seco con sprays y espumas, que ofrecen mayor comodidad al propietario y, sobre todo, a aquellos ejemplares que temen al agua. Por contra, están los que no dudan ni un instante en darse un chapuzón apenas ven el agua, tanto sea en la playa como en ríos y estanques. No se les debe impedir ese instinto, puesto que les es beneficioso para tonificar su piel a la vez que ejercitan los músculos praticando la natación.
No está de más pasarle de vez en cuando un cepillo de púas duras para arrastrar el pelo muerto. Esa práctica favorece la circulación cutánea, de manera que el pelo que va naciendo lo haga con más fuerza y vigor.
Alimentación: Una buena alimentación, es decir, rica y equilibrada, es fundamental para obtener un óptimo y saludable aspecto.
Por tradición, el perro ha sido catalogado siempre como carnívoro, pero su actual posición al lado del hombre lo ha abocado a un régimen omnívoro. Cualquier Pastor Alemán bien acostumbrado es capaz de comer de todo, y lo que es más, cada ingrediente de su ración le favorecerá en un aspecto concreto.
Carne: Es su principal fuente de proteínas, y aunque existen numerosas formas de comercialización (picada, troceada, en piezas...), también le es beneficioso poder desgarrarla y masticarla bien, si no se limita únicamente a deglutirla, lo que le privaría de ejercitar los músculos maseteros que necesita tener en forma para una buena mordida.
Huesos: Para potenciar el uso de los músculos masticadores puede dársele huesos, pero nunca huesos largos de cordero, pollo o conejo, ya que sus astillas pueden clavarse, no sólo entre los dientes y encías, sino lo que sería peor, en los intestinos.
Huesos aptos para el consumo del Pastor Alemán - y por extensión a las demás razas- son los huesos planos, como la escápula o paletilla de ternera, cuya forma le permite roerla poco a poco y asimilar el calcio que contiene.
Hay una costumbre, extendida entre muchos aficionados, consistente en dar tráqueas de cordero y ternera (formadas por anillos cartilaginosos). Esto conlleva un inconveniente, ya que el perro demasiado voraz puede tragarse algun anillo entero y atravesársele en el esófago.
Cereales: Para ofrecer una buena ración se suele añadir uno o varios cereales hervidos, en general arroz, que se puede cocer en un caldo de huesos. Lo que no debe hacerse es suplementar la ración con patatas u otras féculas, pues al no poder digerirlas tampoco las pueden asimilar.
Frutas y verduras: Cualquier verdura le es buena y puede ser añadida al caldo con el que se cuece el arroz y los huesos. Especial mención hay que hacer de las zanahorias y las manzanas crudas, ya que arrastran los residuos de comida de los dientes impidiendo su putrefación. Esa misma función la desempeña el pan duro, al que muchos perros se aficionan como objeto de juego.
Grasas: Es conveniente proporcionar al Pastor Alemán una fuente de lípidos, de cara a favorecer principalmente la absorción de las vitaminas liposolubles. La ingestión de grasas viene dada por las margarinas y aceites vegetales, así como por el aceite de hígado de bacalao, que además favorecerán el crecimiento del pelaje en épocas frías.
La industria dedicada a la alimentación animal ha conseguido los piensos secos, que ofrecen además de un equilibrio nutricional que raya la perfección, una disminución en el volumen de las heces.
Aunque este tipo de alimento no favorece el desarrollo muscular que supone una masticación cuidadosa, en cambio sí ofrece una mayor higiene y comodidad. Lo que sí exige ese tipo de preparados es que el perro disponga siempre de abundante agua fresca y limpia.
Ejercicio: Es inevitable hablar del ejercicio cuando tratamos de un perro Pastor Alemán. Éste constituye una raza fuerte, robusta y ágil, de natural soltura y gran energía, que exige un ritmo de ejercicio para mantenerse en forma , no sólo física, pues para conservar una mente despierta y atenta hace falta tener un equilibrio global.
Además de largos paseos, más que frecuentes, necesita realizar alguna carrera de vez en cuando, así como saltos, para potenciar el impulso que requieren sus miembros posteriores. Éstos no deben realizarse antes de los 18 meses, pues aún no tienen la osamenta suficientemente formada.
Para favorecer el buen desarrollo de la caja torácica y de las extremidades anteriores no hay nada mejor que los ejercicios de la natación, sobre todo cuando el Pastor Alemán ya esté a punto de completar su desarrollo y a partir de entonces para mantenerse en excelente condición.
MONTA, GESTACIÓN Y CRÍA: Cuando se proponga la monta de una hembra se requieren unos cuidados incluso antes de la gestación. Lo primero que hay que hacer es desparasitar externa e internamente a la perra antes de la monta. Tal desparasitación debe repetirse un mes antes del parto, que tendrá lugar entre 60 y 62 días a partir de la cubrición.
No es difícil darse cuenta del momento en que la perra se dispone a dar a luz. Se hace evidente su estado de excitación, se lamenta y busca, inquieta, un lugar tranquuilo donde tener a sus cachorros.
Otro cuidado necesario, pocos días antes del parto, es la limpieza y desinfección de las mamas, a fin de evitar que los cachorros ingieran los huevos de lombrices a ellas adheridos y que la madre ha depositado al lamerse. Esta limpieza ha de realizarse mediante jabones asépticos y desinfectantes de tipo yodado.
Por lo que se refiere a la alimentación de la perra gestante, debe ir aumentándose progresivamente en función de sus necesidades.
El Pastor Alemán suele tener unos cinco o seis cachorros por parto, pero no es raro obtener camadas con más de seis. Para no sobrecargar a la perra en el período de cría podemos dejarle los seis que ella podrá mantener y recurrir a la lactancia artificial con el resto de la camada.
Durante las tres primeras semanas de vida los cachorros sólo se alimentarán de leche materna. Alrededor del mes de vida se produce un hecho curioso, los cachorros tocan con sus patas los labios de la madre cuando acaba de comer, y ésta regurgitará para ellos el alimento que había ingerido.
CÓMO ELEGIR TU PERRO:
Relación con el amo: obediente, pero precisa disciplina.
CARÁCTER: el concepto carácter en cinología, se puede definir como aquellas cualidades de conducta que se transmiten genéticamente, es decir, de generación en generación. Por extensión, ese concepto abarca también el término de inteligencia canina, por supuesto no comparable ni a la humana ni a la de ningún otro animal, ya que cada especie es inteligente según su aptitud, función o integración al medio que le rodea.
La inteligencia del Pastor Alemán se debe a una serie de estímulos que recibe a través de sus sentidos, principalmente de su oído y de su olfato. No sólo es capaz de reconocer a su dueño a muchos metros de distancia, sino que además, una vez junto a él, puede discernir olfativamente su estado de ánimo.
Para una buena proyección del carácter, el Pastor Alemán necesita de una estrecha relación con su amo o educador con el que conseguir un binomio perfecto. Eso demuestra su gran versatilidad ya que, a efectos prácticos, nos encontramos con perros que al lado de una persona anciana se mueven con sumo cuidado y que junto a niños son incansables compañeros de travesuras e incluso directores de su juego.
EQUILIBRIO PSICOFÍSICO: La principal cualidad del Pastor Alemán reside en el equillibrio, tanto en sus proporciones como en su comportamiento, siéndole inherente su estado de alerta para con su dueño.
Para conseguir su buen temple emocional no se debe titubear ante una riña, si ésta viene justificada por algún motivo que no le sea desconocido al perro. Para ello se suele usar una palabra que él identifique como desaprobación. De igual manera, cuando el perro responde bien a una orden dada por su amo o se comporta correctamente, se le debe dedicar una palabra, un gesto o una caricia que en este caso significarán para él una alabanza, y a su vez la mejor recompensa. Hay que tener muy en cuenta el tono de voz que se emplea para dirigirse al perro, pues es mas fácil que nos entienda por la entonación dedicada que por la palabra en sí.
El perro Pastor Alemán completa el desarrollo de su carácter entre los ocho y doce meses de edad, aproximadamente; es, pues, una raza de temprana maduración, aunque no es de extrañar que se vean algunos ejemplares con dos, tres o incluso cuatro años que continúan con sus tareas de aprendizaje.
El hecho de que conviva sin problemas con otros animales, no lo excluye de poder discernir lo que le pertenece y le conviene de lo que suele representar para él y los suyos una amenaza o un peligro determinados, como puede ser una serpiente o un intruso. Debido a su herencia genética, se ha servido del aprendizaje para poder tomar, ante situacionos para él nuevas, una determinación siempre positiva que demuestra su autonomía en caso de no hallarse cerca de su amo.
La fidelidad pos su dueño llevaría al Pastor Alemán a extremos inimaginables para cualquier ser humano; así se da el caso de algunos que han dado su vida por él. Su fidelidad se ve ampliada a todos los miembros de la familia con los que convive.
CONVIVENCIA EN FAMILIA: es innegable que nos encontramos ante una raza privilegiada, lugar que se ha ganado por sus propios méritos debido a su elevada compenetración con el hombre.
El día que se decida acoger a un cachorro de Pastor Alemán como nuevo miembro de la familia, éste elegirá a su amo y hará su elección basándose en el trato, en la compañía o bien en el afecto que reciba.
No se debe pasar por alto el elevado poder de adaptación con los niños, de los que será su principal compañero de juegos. Asimismo, las hembras suelen ser más tranquilas que los machos, rasgo que puede faciclitar su convivencia con los miembros de la famillia.
Desempeña a la perfección el papel de guardián, protector y defensor tanto de personas como de fincas. Será muy receloso con las visitas de extraños, pudiendo llegar a ser peligroso en el caso de no hallarse el amo.
CUIDADOS Y MATENIMIENTO
Baño y cepillado: El Pastor Alemán está cubierto por un pelo áspero, precisamente para que lo proteja de la humedad existente en las zonas donde trabaja. Pero lo que realmente lo proteje del frío es el fino subpelo que bajo ninguna condición debemos alterar sometiéndolo a reiterados baños y cepillados.
Un trato especial, aunque no debiera tenerlo, sufre el Pastor Alemán que convive todo el día dentro de la casa, con la familia. Ese perro, por el hecho de no estar al aire libre, desprende más olor, y por ello se verá expuesto a frecuentes baños. En esos casos lo mejor es bañarlo con un champú neutro y olvidarse de los detergentes y de los suavizantes, puesto que estropearíamos sus glándulas sebáceas que hidratan y lubrifican el pelo y la aspereza que le es propia. La frecuencia de los baños aconsejada en estos casos es de una vez cada tres o cuatro meses.
Una solución para que el perro no permanezca húmedo después del baño y pueda resfriarse, es el lavado en seco con sprays y espumas, que ofrecen mayor comodidad al propietario y, sobre todo, a aquellos ejemplares que temen al agua. Por contra, están los que no dudan ni un instante en darse un chapuzón apenas ven el agua, tanto sea en la playa como en ríos y estanques. No se les debe impedir ese instinto, puesto que les es beneficioso para tonificar su piel a la vez que ejercitan los músculos praticando la natación.
No está de más pasarle de vez en cuando un cepillo de púas duras para arrastrar el pelo muerto. Esa práctica favorece la circulación cutánea, de manera que el pelo que va naciendo lo haga con más fuerza y vigor.
Alimentación: Una buena alimentación, es decir, rica y equilibrada, es fundamental para obtener un óptimo y saludable aspecto.
Por tradición, el perro ha sido catalogado siempre como carnívoro, pero su actual posición al lado del hombre lo ha abocado a un régimen omnívoro. Cualquier Pastor Alemán bien acostumbrado es capaz de comer de todo, y lo que es más, cada ingrediente de su ración le favorecerá en un aspecto concreto.
Carne: Es su principal fuente de proteínas, y aunque existen numerosas formas de comercialización (picada, troceada, en piezas...), también le es beneficioso poder desgarrarla y masticarla bien, si no se limita únicamente a deglutirla, lo que le privaría de ejercitar los músculos maseteros que necesita tener en forma para una buena mordida.
Huesos: Para potenciar el uso de los músculos masticadores puede dársele huesos, pero nunca huesos largos de cordero, pollo o conejo, ya que sus astillas pueden clavarse, no sólo entre los dientes y encías, sino lo que sería peor, en los intestinos.
Huesos aptos para el consumo del Pastor Alemán - y por extensión a las demás razas- son los huesos planos, como la escápula o paletilla de ternera, cuya forma le permite roerla poco a poco y asimilar el calcio que contiene.
Hay una costumbre, extendida entre muchos aficionados, consistente en dar tráqueas de cordero y ternera (formadas por anillos cartilaginosos). Esto conlleva un inconveniente, ya que el perro demasiado voraz puede tragarse algun anillo entero y atravesársele en el esófago.
Cereales: Para ofrecer una buena ración se suele añadir uno o varios cereales hervidos, en general arroz, que se puede cocer en un caldo de huesos. Lo que no debe hacerse es suplementar la ración con patatas u otras féculas, pues al no poder digerirlas tampoco las pueden asimilar.
Frutas y verduras: Cualquier verdura le es buena y puede ser añadida al caldo con el que se cuece el arroz y los huesos. Especial mención hay que hacer de las zanahorias y las manzanas crudas, ya que arrastran los residuos de comida de los dientes impidiendo su putrefación. Esa misma función la desempeña el pan duro, al que muchos perros se aficionan como objeto de juego.
Grasas: Es conveniente proporcionar al Pastor Alemán una fuente de lípidos, de cara a favorecer principalmente la absorción de las vitaminas liposolubles. La ingestión de grasas viene dada por las margarinas y aceites vegetales, así como por el aceite de hígado de bacalao, que además favorecerán el crecimiento del pelaje en épocas frías.
La industria dedicada a la alimentación animal ha conseguido los piensos secos, que ofrecen además de un equilibrio nutricional que raya la perfección, una disminución en el volumen de las heces.
Aunque este tipo de alimento no favorece el desarrollo muscular que supone una masticación cuidadosa, en cambio sí ofrece una mayor higiene y comodidad. Lo que sí exige ese tipo de preparados es que el perro disponga siempre de abundante agua fresca y limpia.
Ejercicio: Es inevitable hablar del ejercicio cuando tratamos de un perro Pastor Alemán. Éste constituye una raza fuerte, robusta y ágil, de natural soltura y gran energía, que exige un ritmo de ejercicio para mantenerse en forma , no sólo física, pues para conservar una mente despierta y atenta hace falta tener un equilibrio global.
Además de largos paseos, más que frecuentes, necesita realizar alguna carrera de vez en cuando, así como saltos, para potenciar el impulso que requieren sus miembros posteriores. Éstos no deben realizarse antes de los 18 meses, pues aún no tienen la osamenta suficientemente formada.
Para favorecer el buen desarrollo de la caja torácica y de las extremidades anteriores no hay nada mejor que los ejercicios de la natación, sobre todo cuando el Pastor Alemán ya esté a punto de completar su desarrollo y a partir de entonces para mantenerse en excelente condición.
MONTA, GESTACIÓN Y CRÍA: Cuando se proponga la monta de una hembra se requieren unos cuidados incluso antes de la gestación. Lo primero que hay que hacer es desparasitar externa e internamente a la perra antes de la monta. Tal desparasitación debe repetirse un mes antes del parto, que tendrá lugar entre 60 y 62 días a partir de la cubrición.
No es difícil darse cuenta del momento en que la perra se dispone a dar a luz. Se hace evidente su estado de excitación, se lamenta y busca, inquieta, un lugar tranquuilo donde tener a sus cachorros.
Otro cuidado necesario, pocos días antes del parto, es la limpieza y desinfección de las mamas, a fin de evitar que los cachorros ingieran los huevos de lombrices a ellas adheridos y que la madre ha depositado al lamerse. Esta limpieza ha de realizarse mediante jabones asépticos y desinfectantes de tipo yodado.
Por lo que se refiere a la alimentación de la perra gestante, debe ir aumentándose progresivamente en función de sus necesidades.
El Pastor Alemán suele tener unos cinco o seis cachorros por parto, pero no es raro obtener camadas con más de seis. Para no sobrecargar a la perra en el período de cría podemos dejarle los seis que ella podrá mantener y recurrir a la lactancia artificial con el resto de la camada.
Durante las tres primeras semanas de vida los cachorros sólo se alimentarán de leche materna. Alrededor del mes de vida se produce un hecho curioso, los cachorros tocan con sus patas los labios de la madre cuando acaba de comer, y ésta regurgitará para ellos el alimento que había ingerido.
CÓMO ELEGIR TU PERRO:
Relación con el amo: obediente, pero precisa disciplina.
Actividad: moderada, aunque por su tamaño requiere ejercicio.
Longevidad: 12-13 años.
Toilettage::laborioso.
Predisposición al entrenamiento: muy buena.
Aptitudes especiales: idóneo como perro guardián.
Recomendado: a aquellos que desean un guardián y a la vez un perro familiar; la elección de una hembra se recomienda a quienes prefieran un ejemplar más tranquilo.
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